Esta sorprendente característica se logró mediante la práctica de dar forma artificial a los cráneos de los bebés envolviéndolos firmemente con tela poco después del nacimiento.
Conocida como Lipombo, esta tradición duró casi 10.000 años antes de desaparecer a mediados del siglo XX.
La práctica tenía sus raíces en la creencia de que mejoraba la inteligencia y se consideraba una marca de belleza. El encanto del pueblo Mangbetu, con sus cráneos alargados, cautivó a los colonos europeos, quienes quedaron fascinados por esta expresión cultural única.
La influencia de los Mangbetu se extendió más allá de su apariencia física, abarcando sus ricas tradiciones artísticas y musicales. Su exquisito arte incluye el famoso arpa/guitarra Mangbetu, símbolo de su herencia cultural.
Estos instrumentos son muy apreciados, a veces alcanzan un precio de más de 100.000 dólares, mientras los musicólogos continúan documentando y preservando sus encantadoras melodías. A pesar del declive de Lipombo debido a las influencias occidentales en la década de 1950, el impacto del Mangbetu sigue siendo indeleble.
Sus figuras distintivas están inmortalizadas en el arte africano y sirven como testimonio perdurable de su herencia estética única. A través de su arte y música, el pueblo Mangbetu continúa celebrando y compartiendo su rico legado cultural con el mundo. La tradición de modificación craneal de los Mangbetu, aunque ya no se practica, dejó una marca indeleble en su cultura y en la percepción mundial del arte africano. Su legado, preservado en su arte y música, ofrece una visión fascinante de las diversas e intrincadas tradiciones que definen el rico tapiz de la humanidad.
Por Jorge Castillo Tactuk
arturotactuk17@gmail.com
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